El G20 celebrado en Buenos Aires nuclea a los hombres y las mujeres más poderosos del planeta durante 3 días. Se calcula que los veinte países presentes en suelo argentino representan el 85% de la economía mundial.
Mucha gente se pregunta si el G20 sirve de algo. La cuenta del supermercado claramente no va a cambiar en lo inmediato por la visita multilateral. Sin embargo, es una oportunidad interesante para la Argentina.
Primero, por ser anfitriona de una plataforma desde donde se están definiendo cuestiones esenciales a nivel mundial. Hay una reunión muy relevante a celebrarse entre los gobiernos estadounidense y chino para determinar si acercan posiciones comerciales.
Al mismo tiempo, la buena relación entre Donald Trump y Vladimir Putin sufrió un cortocircuito ya que el presidente norteamericano decidió cancelar la bilateral con su par ruso debido al conflicto que sostiene Rusia con Ucrania.
Por otro lado, a nuestro país se le abre una ocasión atrayente en términos de entrada de inversiones de los Estados Unidos y, a la vez, de China que negocia el gobierno de Mauricio Macri.
Asimismo, el jefe de Estado argentino se mostró muy cercano al presidente de Francia Emmanuel Macron, quien devolvió gentilezas y realizó un guiño relevante hacia el Mercosur.
También se produjo un acercamiento con Gran Bretaña. Theresa May y Mauricio Macri se reunieron hoy y mostraron cierto nivel de entendimiento a través del anuncio de un nuevo vuelo a las islas Malvinas que hará escala en Córdoba.
La cumbre mundial no es -como dijo el presidente argentino- el evento más importante de nuestra era pero es mejor que se celebre a que no. Van a haber piedras, bombas molotov e incidentes a lo largo de estos 3 días. Siempre los hay en este tipo de cónclaves, pero es acuciante que ese ruido no nos tape la importancia del G20.
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