En su Tatografía de este lunes feriado y en cuarentena, Tato Young aprovechó para hacer una reseña sobre el inventor del lavado de manos, a partir de un artículo publicado en el diario El País de España.
Se trata de un médico de Budapest llamado Ignác Fülöp Semmelweis, quien en la década de 1840 trabajaba en el Hospital de Viena, donde investigó el motivo por el que las mujeres ingresadas que daban a luz tenían muchas más fiebres puerperales que las que alumbraban en sus casas.
Semmelweis desarrolló una teoría: aquellas mujeres que recibían más visitas de médicos y estudiantes —muchos de ellos recién salidos del quirófano de tratar a otros enfermos o de la sala de disección— enfermaban y morían más. Y se le ocurrió medir qué pasaba si sus compañeros se lavaban las manos al entrar en la sala: al obligar al personal a lavarse las manos, las infecciones se redujeron a menos del 10% de las ingresadas.
Escuchá la columna completa de Tato Young del lunes 23 de marzo de 2020.
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